domingo, 12 de febrero de 2012

Encuentros, pasiones, desencuentros, desilusiones

Leña amontonada, fuegos, brasas candentes, brasas apagadas que pueden resurgir con una fuerte ráfaga de viento, brasas desaparecidas.


Algo así ocurre en nuestra relaciones cibernéticas. El timing lo es todo. El momento justo con la persona justa. Una semana antes o después y todo cambia. Todo lo que podría haber sido deja de ser. O es lo que nunca habría sido.

Seguramente necesitamos la capa de lo sensorial (voz, tacto) para luchar con más fuerza contra los caprichos del azar en el timing, para dar un poco más de estabilidad al giroscopio de nuestros descubrimientos fortuitos.

Mientras tanto, seguimos explorando, nos cansamos, nos ilusionamos, nos apasionamos (algunas felices ocasiones) con las complicidades compartidas, nos desilusionamos, semi-olvidamos y a veces una ráfaga de viento caótico enciende de nuevo las brasas, nunca se sabe por cuanto tiempo.



5 comentarios:

  1. Que razón tienes escitio, escribes muy bien, me ha encantado el post.

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  2. ves? ya somos dos los que decimos que escribes muy bien...

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  3. ¿Y lo importante que es seguir manteniendo las brasas por si sopla el viento en nuestra dirección? Estoy de acuerdo contigo, el timing es uno de esos misterios aun sin resolver :).

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